Por sólo cinco euros se pueden visitar los rincones ocultos del Círculo de Bellas Artes. Conviene reservar día y hora porque por este módico precio, un guía irá desvelando los secretos que aguarda este bello edificio -ya casi centenario- a todos los que estén interesados.
La visita dura cuarenta minutos y recorre distintas estancias hoy desaparecidas. En el sótano -donde hoy está el cine y el teatro- en el pasado hubo un cabaré y una piscina que -en ocasiones- se cubría para usarse como sala de esgrima.
Son curiosas las salas de billares cuyas enormes mesas originales hoy descansan bajo mantas eléctricas que conservan su textura. Y también pasaron a mejor vida las ruletas francesas del casino. Pese a estar prohibidas las timbas durante el franquismo, alguna que otra se jugó.
Fue durante la dictadura cuando el famoso baile de carnaval que acogía el Círculo se convirtió en un concurso de trajes regionales. Durante esta época, la cafetería de este centro cultural fue conocida como la «pecera» por la cantidad de peces gordos que se daban cita en ella.
Es una buena oportunidad para conocer el maravilloso edificio de Antonio Palacios. No sólo sorprende por su arquitectura de estilo ecléctico -de los años veinte del siglo pasado- sino por los secretos que esconde.
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