Si algo tienen de bueno o de malo -según se mire- las obras que remodelan nuestra ciudad, sobre todo las que se refieren a soterramientos o vías de metro, es que remueven los cimientos del Madrid más antiguo. En el caso que contamos hoy nos remontamos al Mioceno.
Estaban concluyendo las obras del intercambiador de Príncipe Pío, cuando veinte metros más abajo de la Puerta de San Vicente se encontraron con los restos de un gran animal. Concretamente se trataba de un «Hispanotherium matritense», una clase de rinoceronte que vivía allí hace quince millones de años.
No fue el único. Mastodontes, tortugas gigantes, tigres de dientes de sable, ciervos azmilcleros y un antiguo pariente del oso panda rojo han sido otras de las especies encontradas. Parece que en aquel tiempo, el clima de la zona del río Manzanares era cálido y seco -muy parecido al de la sabana africana- lo que propició el hábitat de estos animales.
El yacimiento data del Mioceno medio, cuenta con más de 3000 restos de fósiles y se extiende hasta 400 metros cuadrados. El hallazgo se ha convertido en uno de los más completos, abundantes y novedosos, según los expertos.
Durante los trabajos de excavación surgieron restos arqueológicos más recientes, como el Asilo de las Lavanderas o las fuentes monumentales ubicadas aquí desde el siglo XVII. Con todo, el Gobierno regional pretende ofrecer una muestra de los hallazgos paleontológicos e históricos encontrados allí. Probablemente se podrán ver próximamente en los vestíbulos de este intercambiador.
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