Ocho años y 18 millones de euros han sido necesarios para reformar el Museo de Historia de Madrid. El antiguo Hospicio de la calle Fuencarral 78, un edificio que destaca por su impresionante fachada barroca, es la sede secular de este Museo.
Se ha ampliado el espacio expositivo del museo en la planta sótano. Allí se encontró un sistema hidráulico compuesto de noria y brocal, elementos que servirán para dar vida a una Sala de Agua, que recordará los «viajes» que recorrían el subsuelo. Junto al antiguo hospicio estaban los pozos de nieve que -durante siglos- sirvieron para la conservación de los alimentos de los madrileños.
El museo se divide en cuatro grandes áreas: Imperio, Ilustración, Revolución Industrial y Era Contemporánea. Un total de tres plantas para mostrar cinco siglos de historia de la ciudad. Desde Felipe II hasta nuestros días el Museo ha ido albergando estampas, fotografías, mapas y obras de arte relacionadas con Madrid.
El edificio – de 1726- es una joya , tiene un magnífico pórtico, un retablo en piedra de Pedro de Ribera con esculturas de Juan de Ron dedicadas a San Fernando. El antiguo hospicio fue rehecho por Ribera, quien abrió dos puertas simétricas bajo sus ventanales a la calle Fuencarral.
Con la presente remodelación, una de las cancelas será el paso a la nueva cafetería con terraza en la calle. Esta parte quedará privada del paso con una verja para proteger la fachada churrigueresca de posibles grafitis.
En esta actuación ha sido integrado y cubierto el patio central que hará las funciones de vestíbulo, compuesto por columnas, un diáfano lucernario perimetral y dos altos cipreses. El plan museográfico tiene previsto incorporar la contigua Fuente de la Fama.
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