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En 1637 se construyó la ermita de San Antonio de los Portugueses, luego conocida como de los Alemanes, en el Real Sitio del Buen Retiro. Estuvo ubicada donde hoy se alza la escultura del Ángel Caído.

Más de un siglo después, Carlos III la transformó en la Fábrica de Porcelana del Buen Retiro. El objetivo era reconvertirla en la continuación de la de Capodimonte, para lo cual trajo de Italia a 220 personas. A éstos, se unieron españoles de la Academia de Bellas Artes.

La fábrica era conocida por los madrileños como «la China», porque para los españoles la porcelana siempre procedía de este país. Más tarde, durante la Guerra de la Independencia, fue usada como polvorín y destruida en 1812.

noriaMuy cerca de la antigua fábrica se hallaba el Huerto francés, utilizado durante muchos años como almacén municipal para los monumentos y adornos desmontados. De entre los hallazgos encontrados se descubrió una noria.

El arquitecto Jaime Lorenzo Sáiz- Calleja construyó una noria similar a la que hubo en su día y que debió existir para alimentar de agua. También se excavó un estanque de ladrillo macizo. Además de esto, varios restos de la antigua Fábrica de porcelana del Buen Retiro han quedado a la vista.

Más información en Los porqués de Madrid, de Isabel Gea.