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Cuando estamos en las vísperas del día de San Isidro, patrón de Madrid, hoy queremos retrocerder al pasado y recordar cómo eran aquellas romerías pero dos siglos atrás. El Heraldo del 12 de mayo de 1846 recoge literalmente: han empezado ya los preparativos en las inmedisciones de San Isidro para la famosa romería. Los pobres de San Bernardino tienen colocadas sus hileras de cajones para las confiteíias y venta de licores. El Tío Vivo ha tomado ya puesto y en todo el día de hoy quedará corriente el columpio y el juego de caballos. En la pradera no se ve otra cosa que puestos de buñuelos que trascienden a aceite frito…»

Parece que el ambiente festivo que se respira en la pradera viene de tiempo atrás, además de las atracciones, no faltaban tampoco en aquella época los puestos de rosquillas y otras confituras, los que vendían botijos, bailes y concursos… todo ellos amenizado con música.

pradera de san isidroDe la prensa del momento se desprende que esta fiesta popular era para muchos necesitados un buen momento para acercarse a conseguir limosna. Era un día concurrido, llegaba gente de todas las zonas próximas a Madrid y no tan próximas, por eso se reforzaba el servicio de trenes y se bajaban los precios, estímulo que animaba a visitantes procedentes de Bilbao, Valladolid, Burgos o Zaragoza. En 1885 fueron 15000 las personas que llegaron de diferentes destinos.

Más información en Fiestas tradicionales madrileñas, de Reyes G. Valcárcel y Ana Mª Écija.