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PasemisiHace unos días os presentamos nuestro libro «Pasemisí, pasemisá» sobre los juegos y canciones infantiles de los niños madrileños del pasado. Hoy queremos refrescar vuestra memoria con alguno de esos juegos que, seguro que muchos, recordaréis. Se jugaban en la calle y lo importante era la destreza de los dedos.

Se decía jugar al gua y no era más que jugar con unas canicas o bolas de cristal de distintos colores en la tierra. Cogiendo una con el dedo índice y pulgar, se disparaba intentando colarla en el agujero hecho sobre la arena, llamado gua. Después se intentaba dar a las canicas de los demás jugadores. Cada vez que se acertaba se tenía que volver a ‘hacer gua’ y sei se conseguía, uno se quedaba con la canica del contrario.

Las chapas eran otro de los juegos preferidos por los niños de hace unos años. Primero había que hacer acopio de chapas de los botellines o refrescos envasados en vidrio. Lo más recomendable era que no estuvieran dobladas o lo menos posible para que pudieran deslizarse con mayor facilidad por el suelo.

El siguiente paso era recortar las caras de los futbolistas y ciclistas -según el juego- más famosos. Después se incrustaban en las chapas. Cuando estaban listas se podía jugar a carreras (alisando con las manos la arena del suelo y trazando una «carretera») o al fútbol (en cuyo caso era necesario fabricar dos porterías, delimitar el campo y usar un garbanzo como pelota). Ganaba el que las hacía avanzar más rápido hasta la meta (en el primer caso) o el que metía más goles (en el segundo).

Más información en «Pasemisí, pasemisá», de Reyes G. Valcárcel y Ana Mª Écija.