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Esta expresión madrileña se debe al tranvía número 8 que hacía el recorrido Sol- Bombilla (Puente de los Franceses) pasando por la calle Preciados, plaza de Santo Domingo, calle de Leganitos, plaza de San Marcial y paseos de San Vicente y de la Florida.

Se dice que era la línea que usaban los más chulos y castizos de Madrid, lo más granado del mocerío madrileño. Iban a la Bombilla para bailar por las tardes- noches y, sobre todo, a «la primera verbena que Dios envía, que es la de San Antonio de la Florida».

A partir de los años ochenta del S. XIX, la avenida de Valladolid fue un camino lleno de merenderos, bares y restaurantes muy concurridos por los madrileños. Algunos de los merenderos más famosos eran los del Jardín de la Federica, la Huerta y Casa Juan.

Algunos dicen que el nombre de la Bombilla procedía de un bar situado en el Paseo de la Florida que tenía un cuadro decorativo en el que aparecía una bomba. Otros señalan que el origen está en los cientos de bombillas que iluminaban la zona. Aunque lo más acertado es pensar que la denominación se debía a la llamada «Casa de las Bombas».

Más información en Los Porqués de Madrid, de Isabel Gea.

C. PRECIADOS