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Después del éxito de Madrid Río este verano queremos retroceder en el tiempo, exactamente 79 años atrás. Un 10 de julio de 1932 se inauguró la isla, el Madrid Río de la República. Aunque -evidentemente- existen diferencias, aquello pudo ser el germen de lo que hoy conocemos.

Entre 1914 y 1925 Madrid volvió a reparar en su río haciendo la primera canalización. Y en 1930 un Plan General planteaba hacer del Manzanares un reclamo para los madrileños. Así, se construyó la primera playa artificial en un embalse de la Casa de Campo.

Más abajo, a la altura del Puente del Rey, en una pequeña isla de 300 metros por 20, se construyó una de las piscinas más bonitas de la capital. Luis Gutiérrez Soto fue quien la diseñó. El edificio evocaba un barco con piscinas a proa y a popa y una cubierta en el interior.

Vista aérea de su ubicación a la altura del Puente del Rey (elpais.com)

Era éste un proyecto privado que respondió con gran acogida popular gracias al ímpetu republicano de crear zonas para el deporte y el contacto con la naturaleza. Además de las dependencias acuáticas, contaba con un gimnasio, solarium, restaurante, sala de fiestas…

El plano de Texeira de 1656 la contempla y también las fotos aéreas de cuatro siglos más tarde. En 1956 despareció durante las segundas obras de canalización del río. Su recuerdo permanece en el libro «Arquitecturas perdidas». Juan Casariego, arquitecto y uno de los autores del libro lamenta que «fue una joya arquitectónica demolida sin remilgos».

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