El Museo de Colecciones Reales -que se construye sobre el Parque del Moro y despliega su fachada desde la plaza que une el Palacio con la Catedral y llega hasta la Cuesta de la Vega- esconde bajo sus pies restos arqueológicos que datan -en algún caso- del año 1000.
En las obras de excavación se han encontrado distintos hallazgos que van desde un esqueleto de un hombre del S. XI, un poblado medieval, restos del lienzo de la muralla de esa misma época o una fábrica de gas que surtía al Palacio Real ya en el S. XIX.
Desde Patrimonio Nacional, el organismo que gestiona los bienes estatales al servicio de la Corona y que se encarga de la construcción del nuevo edificio, mantienen que se conservarán todos los vestigios de la muralla construida entre los siglos IX y XI.
Otros de los grandes descubrimientos han sido una barriada medieval que correspondería con la fundación de Madrid y el esqueleto de un madrileño de hace mil años procedente de los enterramientos hallados en la zona. Parece que todo esto se podrá ver en el futuro museo.
Lo que no se mostrará serán la Real Fábrica de Gas, construida en 1832 por Fernando VII y los dos cuarteles donde se acantonaban las fuerzas de seguridad del Palacio. Según el Ministerio de la Presidencia está previsto que el Museo de Colecciones Reales, de 45.000 metros cuadrados, esté terminado en 2015.
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En mi modesta opinión, el edificio es un verdadero atentado a la estética, la perspectiva de la catedral y, en definitiva, a la vista… Parece que los arquitectos actuales son como los cocineros, que por tratar de ser originales, han olvidado hacer las cosas bien.
Una pena además que se coloque en semejante sitio, que es el punto de nacimiento de nuestra hermosa ciudad, sin el menor respeto por el lugar sobre el que se asienta.
Habrá que ver el resultado final.