Es la noticia estrella de la semana en Madrid en cuanto a iniciativas culturales se refiere. Todos los diarios de tirada nacional se han hecho eco de esta original idea concebida sin ánimo de lucro para incentivar la lectura entre todos los madrileños. Leer y pasear, una combinación altamente recomendable para la salud física y mental.
Se le ha denominado «bookcrossing», un anglicismo que viene a siginificar algo así como «liberar libros». En la práctica no es más que dejar un libro en cualquier rincón de la ciudad para que cualquier viandante pueda leerlo y -cuando lo haga- vuelva a depositarlo en otro sitio para que siga estando en circulación.
Esta práctica surgió en 2001 en Estados Unidos y poco a poco se ha ido adquiriendo por otras ciudades del mundo. El pasado domingo, el Ayuntamiento de Madrid tomó la decisión de liberar hasta 30.000 títulos que fue dejando a lo largo y ancho de la villa.
Treinta furgonetas partieron de la Plaza de Oriente con la intención de repartir estos volúmenes. Se podían encontrar en cualquier sitio: fuentes, plazas, bancos, parques, paradas de metro, marquesinas de autobús, etc. La sorpresa aguardaba en cualquier momento y lugar.
La propuesta tiene también su lado solidario. Por cada libro encontrado que se registre en la página web www.lamayorliberaciondelibros.es por parte de dos ciudadanos (es decir, que haya sido liberado dos veces), una marca de cervezas donará tres euros para un programa municipal de inserción sociolaboral.
Más información en «El País».
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