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Con motivo del pasado Día de Todos los Santos, hoy proponemos un tema funerario, aunque algunos lo consideren macabro. Se trata del cementerio de La Almudena, el más grande de la ciudad y uno de los más grandes de Europa occidental. 

El Cementerio Civil que se encuentra dentro de la necrópolis del Este fue construido para dar sepultura a suicidas, amancebados, niños sin bautizar y herejes que la Iglesia católica no aceptaba. De hecho esta institución se negó a bendecirlo.

Será el rey Alfonso XII quien, en un gesto de reconocimiento, acompañe al primer cortejo fúnebre el 13 de septiembre de 1884. Fue en el sepelio de una joven de veinte años, Maravilla Leal, que se había suicidado cuatro días antes.

Lorca decía de este lugar que es donde «meriendan muerte los borrachos». Allí están enterrados personajes políticos relevantes como Pablo Iglesias, Dolores Ibárrubi, Nicolás Salmerón, Estanislao Figueras, Julián Besteiro o Largo Caballero.

En la actualidad hay tumbas de judíos, árabes o agnósticos que dejaron dicho que no querían ser enterrados en cementerios católicos. Aunque la norma hoy es que no haya discriminación alguna para los enterramientos.

Como nota curiosa apostillar que en 1984, con motivo del primer centenario del Cementerio Civil del Este, el Ayuntamiento de Madrid rehabilitó la lápida de Maravilla Leal, como se ha dicho, la primera persona inhumada en él.

Más información en «Madrid para morirse… de risa y de asombro», de Ángel del Río.