Hoy el Parque del Capricho es uno de los parajes de Madrid que merecen la pena ser visitados. Un jardín de ensueño para perderse a tan sólo unos kilómetros de la capital. Contamos hoy cuál es su origen y cómo ha evolucionado hasta nuestros días.
María Josefa de Pimental, condesa-duquesa de Benavente y duquesa de Osuna y su esposo Pedro Téllez- Girón compraron, a la altura de 1783 a los condes de Priego, una casa de campo situada en lo que antes eran las afueras de Madrid, por la zona de Canillejas.
Fue en este lugar donde la duquesa levantó lo que sería para ella su «Capricho», una villa de descanso por donde pasó lo más granado de la sociedad ilustrada del momento. La esencia femenina de la duquesa está latente en cada rincón de este jardín.
La finca, de unas catorce hectáreas de extensión, ocupa la parte posterior de la casa- palacio y se divide en tres niveles. El principal comunica la fachada principal de la villa con la entrada del jardín y está decorado con esculturas. Al norte está el jardín de tipo paisajista y en el sur está el conocido como jardín de las ranas, de diseño formalista.
Fue la propia duquesa quien ordenó el diseño de lo que serían las zonas verdes de su zona de recreo. El jardinero Jean Baptiste Mulot, que había trabajado para María Antonieta, fue contratado en exclusividad para estos terrenos.
La construcción y decoración de esta casa de campo tuvo lugar a lo largo del S. XVIII aunque en el XIX sufriría algunas modificaciones. La finca permaneció en manos de la familia Osuna hasta 1883, momento en el que fue adquirida por la familia Bauer.
Durante la guerra civil se situó en El Capricho el Frente de la Defensa de Madrid, con el general Miaja al mando. La villa y el jardín sufrieron graves daños. Tras la contienda, esta propiedad pasó por diversas compañías societarias.
No será hasta 1974 cuando el Ayuntamiento de Madrid se haga cargo de este espectacular paraje y cuatro años más tarde se abre parcialmente al público. En 1986 se rehabilitará gracias a los fondos del Consistorio, del INEM y del Fondo Social Europeo.
El parque del Capricho goza de la condición de jardín histórico- artístico desde 1942. Puede visitarse los sábados, domingos y festivos en horario restringido. Su visita es un alarde para todos los sentidos.
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Es un suerte que este jardín haya llegado hasta nosotros en tan buen estado (pese a todos los avatares de la historia) y no haya sucumbido a la especulación inmobiliaria. Gracias por el artículo