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Maderas Pueyo, en la ronda de Valencia, poco después de su cierre

A pesar de que una de las primeras industrias de Madrid en tiempos medievales fue la de madera, el oficio de carpintero ha ido desapareciendo. La madera era un material básico de construcción (vigas, artesonados…) además de que casi todo el mobiliario era de este material.

Los troncos llegaban fundamentalmente de la sierra de Guadarrama y se almacenaban en corrales para su mantenimiento y venta. Uno de los más antiguos de estos corrales estaba en la calle Madera y data del siglo XVII. En esa ápoca comenzaba a urbanizarse lo que hoy conocemos como Malasaña y allí se estableció el almacén de maderas doña Catalina de la Cerda. Otro corral de maderas fue el de San Bruno que pertenecía a los monjes jerónimos de El Paular. Estaba situado en la actual calle de San Bruno, junto a la Cava Alta.

En el número 37 de la ronda de Atocha, esquina con Fray Luis de León, hay un pequeño edificio gris y blanco, de aspecto palaciego y con dos plantas, que albergó el taller de carpintería, almacén de maderas y vivienda de Martín Martínez. Fue realizado en 1918 y ha sido rehabilitado recientemente para viviendas.

En la ronda de Valencia, número 5, esquina con Bernardino Obregón, se levanta un edificio de viviendas en cuya parte inferior conserva la fachada de una fábrica de maderas, que data de 1904. La fachada en ladrillo tiene influencias de estilo neomudéjar.

Durante el S. XIX y parte del XX Malasaña albergó un buen número de talleres de ebanistería y carpintería. Hoy solo quedan un par de carpinterías, una de ellas en la calle Juan de Dios número 7. Alberto y su hermano heredaron el oficio de su padre que abrió su negocio hace setenta años. Aparte de ésta, existe otra en la calle Madera. En esta misma calle hay un taller de tableros y molduras y parece que hay otros dos en Tetuán y en Embajadores.

Más información en Madrid olvidado de Carlos Osorio.