¡Envíos gratuitos por compras superiores a 49€!

calle de la cabezaSituada entre las calles Ave María y Lavapiés, esta calle está relacionada con una de las leyendas más interesantes de Madrid. Se dice que en una casa de esta calle vivía un cura acomodado con su criado. Parece que este último, codicioso, decidió robarle al cura y después asesinarle cortándole la cabeza.

Después de este acto tan villano decidió emigrar a Portugal. Pasado un tiempo, el criado regresó a la Corte disfrazado de caballero. Una mañana, decidió comprar en el Rastro una cabeza de carnero, la metió bajo la capa y se marchó andando.

Un alguacil que pasaba por allí vio el reguero de sangre que iba dejando y entonces le preguntó qué llevaba. El criado le contestó que una cabeza de carnero, pero al enseñársela comprobó que era la cabeza del sacerdote que había asesinado.

Fue llevado a la cárcel de la villa, juzgado y sentenciado a la pena de muerte. Fue ahorcado en la Plaza Mayor. Una vez fue cumplida la sentencia, la cabeza se convirtió de nuevo en la del carnero. Después de aquel drástico acontecimiento y con la intención de que no quedara en el olvido, Felipe III ordenó que se pusiera en la fachada de la casa del crimen, una cabeza de piedra representando al sacerdote. Pero los vecinos pidieron que se quitara porque les asustaba, y que en su lugar se edificara una capilla en honor a la Virgen del Carmen, colocándose en ella un cuadro que representaba el suceso.

En la esquina con la calle de Lavapiés aún permanece en pie el edificio donde estuvo la conocida como cárcel eclesiástica de la Corona o cárcel de la Inquisición. En tiempos de Benito Pérez Galdós se usaba como cocheras y cuadras ya que la Inquisición fue abolida definitivamente en 1820.

Más información en Los nombres de las calles de Madrid, de Mª Isabel Gea Ortigas y Las calles de Madrid, de Pedro de Répide.