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Foto: www.turismolahiruela.es

Como estamos a las puertas de un fin de semana, hoy proponemos acercarnos a la sierra norte de Madrid, con el paisaje invernal de los últimos tiempos, la zona estará aún más bonita. Os proponemos, más concretamente, conocer La Hiruela, una auténtica Reserva de la Naturaleza. Su entorno natural es envidiable y gracias a su aislamiento, ha logrado conservar un ecosistema con valores paisajísticos inalterados a lo largo de los siglos. Un verdadero paraíso natural.

Este pequeño pueblo pertenece a la denominada Sierra del Rincón. Cuenta con una superstición muy curiosa referida al «mogaño» que no es más que un insecto, conocido como «ciervo volante», un coleóptero de entre tres y nueve centímetros con grandes mandíbulas que recuerdan a los cuernos del ciervo. Pues bien, dicen por allí que cuando se ve uno de estos insectos revoloteando alrededor de alguna persona, se va a producir alguna desgracia para quien lo ha visto.

El origen del nombre de esta población parece provenir del castellano antiguo «hirco» que puede traducirse como cabrito o cabra y que vendría dado por la abundancia de este animal en la zona. Otros opinan que el topónimo procede de la palabra hijuela, es decir, «senda o vía pecuaria» dado que la zona era propicia para el paso del ganado.

Respecto a su fundación, parece que su origen fue un asentamiento de ganaderos segovianos que aprovecharon su proximidad a Buitrago de Lozoya y debió tener lugar entre los siglos XII y XIII. Aparece mencionado como cabeza de un cuarto de las villas de la Comunidad de la Villa y Tierra de Buitrago, junto a Puebla y El Atazar. Con estas poblaciones pasó a formar parte del señorío de Buitrago en 1368.

En 1490 obtuvo el privilegio real de villazgo pasando a depender del duque del Infantado. Se mantuvo bajo este señorío hasta que a principios del S. XIX y tras la promulgación de la Constitución de Cádiz, se abolieron.

Más información en Misterios, anécdotas y leyendas de la Comunidad de Madrid, de José Felipe Alonso Fernández- Checa.