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La estación de Atocha es uno de los edificios que analiza Ricardo Aroca, exdecano del Colegio de Arquitectos, en su último libro «La historia secreta de los edificios». Una estación que, a juicio de este arquitecto, tiene muchos errores.

Para empezar, considera un «error de base» su ubicación. Está hundida porque los trenes no pueden superar pendientes y torcida respecto a su ubicación en la plaza porque los trenes tampoco tienen la capacidad de girar.

Estación de Atocha en construcción (Madridpedia)Ricardo Aroca explica algunas alternativas que pudieron ser viables para rectificar dichos fallos pero que no se hicieron. De la Plaza de Carlos V habla como un confuso cruce de avenidas sin forma concreta. Y de la estación dice que tiene mucha fachada para luego entrar por un lateral.

Pero no todo lo que escribe sobre la estación de Atocha es negativo. Aroca considera que «supuso nuestra entrada tardía en la modernidad». Fue proyectada por un discípulo de Eiffel, su construcción en hierro y en cristal son una prueba evidente de ello. Otra curiosidad que comenta es el ancho de sus vías, diferente al estándar europeo.

El arquitecto considera que «la vieja estación es un vestigio que funciona como vestíbulo alternativo a la nueva, diseñada en varias fases por Rafael Moneo a partir de 1985» y se muestra crítico con el nuevo aparcamiento y el monumento a las víctimas del 11- M.

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