Ayer, la ciudad de Madrid se vestía de fiesta para celebrar el día de la Virgen de la Almudena. El Ayuntamiento de Madrid organizó un recorrido gratuito por los lugares y monumentos relacionados con su patrona.
El artículo de hoy no tiene relación con esta onomástica pero sí con su nombre. Nos referimos al cementerio de La Almudena, otras veces conocido como el cementerio de las Epidemias, del Este o el Civil, simplemente.
Hay que remontarse a 1884, cuando en Europa asolaba un brote de cólera. Este hecho provocó que se habilitara un cementerio que acogiera el servicio extraordinario de epidemias. La construcción de la gran necrópolis del este, que había empezado en 1878, y había quedado paralizada, había servido para este fin.
Pasó el tiempo y el Cementerio de Epidemias se incorporó a la Necrópolis. En 1925 se inauguraría toda la obra con ciertas modificaciones del primer proyecto. Fue el arquitecto Luis García Nava, quien dejó lo esencial del primer proyecto de Arbós y Urieste, pero le aportó un estilo modernista.
Se desconoce por qué se acuñó el nombre de La Almudena, aunque sí se sabe que se erigió por reclamo popular. Los cementerios de la época estaban desbordados de cadáveres. Fue entonces cuando se consideró el plan de José Bonaparte de construir los cementerios del Oeste y del Este.
Durante sus más de cien años de existencia, allí se han enterrado cerca de cinco millones de cadáveres. Es éste uno de los camposantos más grandes de Europa y su valor cultural es incalculable.
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