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Han pasado un total de 177 años para que el Monasterio de El Paular, en Rascafría, recuperase las 52 obras del pintor toscano Vicente Carducho. La serie de pinturas muestra la vida de San Bruno, el fundador de la orden de los cartujos, desde que abandona la vida pública hasta su beatificación.

La desamortización de Mendizábal, en 1834, provocó que estos cuadros salieran del Monasterio del Paular en aquel momento. En los últimos tiempos, dichos lienzos, del S. XVII dedicados a la orden de los cartujos, han sido restaurados por el Museo del Prado.

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Pero el periplo que han sufrido las obras de arte ha sido largo. En un primer momento se trasladaron al convento madrileño de la Trinidad. A continuación pasaron por depósitos de La Coruña, Burgos o Valladolid. Y en la guerra civil se perdieron dos.

Desde entonces hasta ahora los esfuerzos han sido extraordinarios para aunar y rehabilitar el conjunto. Desde el pasado julio están en su lugar de origen. La pretensión ha sido impulsar el mismo monasterio y proteger la «gran riqueza cultural» que encierra el mismo.

También se han acometido obras de rehabilitación del Monasterio por un valor de más de 12 millones de euros. Por su parte, los cuadros han recuperado los formatos originales de los lienzos, rematados en arcos de medio punto para adaptarse a la arquería gótica del claustro.

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