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En 2011 se cumplen 400 años desde que Don Juan Alonso de Moscoso mandara construir el Colegio de San Ciriaco y Santa Paula en Alcalá de Henares. Casi nadie lo conoce por este nombre sino por el de Colegio de Málaga, ya que el señor era arzobispo de esa ciudad andaluza.

Aunque se empezó a construir cuando el arzobispo ya había muerto, la intención de éste había sido crear un colegio donde fueran acogidos los estudiantes pobres. Con el tiempo, pasaría a ser asilo de mujeres y colegio benéfico para adolescentes y en la actualidad aloja a la Facultad de Filosofía.

El edificio es una joya del barroco. Su fachada de ladrillo visto mezclado con cajones de mampostería de piedra y sus dos torres de pizarra rematadas con una bola, una veleta y una cruz son algunos de sus rasgos más destacados, arquitectónicamente hablando.

Su interior se ha ido transformando con las ampliaciones de los siglos XIX y XX. Aún se conserva la escalera imperial y sobre ella su espectacular cúpula elíptica gallonada. En un principio, estuvo decorada con motivos geométricos, pero en 1997 se pintó encima un fresco de un feto gigante.

En la calle de los Colegios, donde se encuentra este edificio, hubo en su día hasta veinte centros. Se regían y autogobernaban por sus propios rectores y contaban con una jerarquía muy fuerte. Los alumnos del Colegio de Málaga estaban becados durante nueve años y la financiación corría a cuenta de las rentas de las tierras que les cedió el fundador. 

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