Hubo un tiempo en que el río Manzanares fue navegable. Corrían los siglos XVIII y XIX cuando los reyes de España intentaron canalizar el Jarama y el Tajo con el fin de comunicar Madrid con el océano Atlántico. Hace no muchos días que las obras del AVE a Levante han destapado algunos vestigios de aquellas hazañas arquitectónicas.
Lo que se ha encontrado en perfecto estado es una de las esclusas. El Ejecutivo regional ha instado a la empresa que se encarga de las obras a que proteja los restos y ADIF (la empresa responsable) ha asegurado que tienen un control ambiental y arqueológico sobre la zona.
Los hallazgos encontrados nos obligan a rescatar la historia. En realidad, fue Felipe II el primer monarca que tomó la iniciativa de construir un canal navegable entre Madrid y Lisboa. Sin embargo, el primero de los tramos fue inaugurado en 1770 por Carlos III.
Aquel primer cauce iba desde el Puente de Toledo hacia Vaciamadrid, donde confluyen el Manzanares y el Jarama. El resto de los canales no se llegaron a construir quedando aquel proyecto reutilizado como acequia de riego y como canal de recreo para los monarcas.
En el S. XIX cayó en manos privadas y en el XX se cultivó encima. En los últimos años las distintas obras para la construcción de los trenes de alta velocidad a Barcelona y a Sevilla han acabado con los restos de un poblado carpetano y un acueducto que existían en la zona de la Gavia.
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